martes, 28 de septiembre de 2010

Desarraigo

Un habilidoso esquiador atravesaba, decidido y ligero, la falda de una de las escarpadas y empinadas montañas de la estación de esquí con mayor fama y renombre de la zona. Todos admiraban, desde el conocimiento de la jerga, su "slalom", su "chus" y sus "paralelos"; que eran ejecutados con maestría de campeón y premura de un día de invierno.


Salpicó de nieve con su frenada a los anonadados espectadores que esperaban en la cola del remonte. Nuestro protagonista, tal vez embriagado por los aplausos y con excesivos aires de grandeza, pasó de la cola y se dispuso a acceder al remonte por una entrada lateral; de tiempo de espera mínimo. Allí se encontraba el empleado de la estación de turno.
-"Hola"- El esquiador lanzó uno de esos forzados y educados saludos al aire.
-"Perdone, este es un acceso restringido. Me temo que no puede pasar"
-"¿Perdón? ¿Cómo dice?"
-"Que esta es la entrada para personas discapacitadas"
-"Yo soy discapacitado"
-"Ya...,, ¿Cual se supone que es su discapacidad?"- El encargado hizo hincapié en la burla de final de frase.

El esquiador, consternado, no quiso contestar.

-"Tiene la tarjeta que le acredita como discapacitado?- Preguntaba con ese tonillo del que se sabe con razón.
-"No..."- Respondió con los brazos en jarra y gesto agraviado -"Pero le juro que la tengo, lo que pasa es que no la llevo encima"
-"Ya...., usted lo que tiene es un morro que se lo pisa"- El empleado abandonó las buenas maneras con un rudo tono de voz.
-"Es que no comprendo porque no puedo pasar"
-"Se lo repetiré"- El hombre cogía aire inquieto -"esta silla está habilitada única y exclusivamente para personas con alguna discapacidad, con el fin de que puedan disfrutar de las instalaciones en igualdad de condiciones que el resto de visitantes"
-"Ya..., ¿Pero no ve que no tengo piernas?"- Efectivamente, el hombre esquiaba sentado en un original artilugio, tras perder las piernas en un desafortunado accidente.
-"Pero no tiene la tarjeta..."
-"No..."
-"¡Pues a la cola como todo el mundo!"

--------------------------------------------------------------------------------------------------------

-"Que final tan sorprendente ¿eh?"- Un excesivamente engominado y casposo presentador de tertulias se jactaba del más que esperado desenlace.
Sonido de la televisión apagándose 


"Mejor leeré un libro":
El esquiador II, centro de equilibrio cambiante


"¡Bah!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario