lunes, 27 de septiembre de 2010

Acuíferos

Solo recuerdo que en aquel momento enloquecí.

Vagas imágenes de trozos de lámpara surcando la habitación, de muebles del ikea sucumbiendo a la entropía, de ventanas desencajadas y partidas en miles de pequeños y cortantes pedacitos, recorren ahora mi mente sin demasiado sentido.

Pero en medio de aquel incipiente caos logré contener la respiración...., mi remarcado sentido gentil de caballero inglés (por parte de madre de caderas anchas) me obligó a saludar a aquel hombre, brindándole la posibilidad de ofrecer una explicación razonable.

Él interpretó perfectamente mi sutil mirada.
-"Soy el zahorí"- Acertó a esputar con dificultad, sacando una de esas varas tan graciosas con forma de tirachinas.

Y el cabrón era bueno, el coño de mi mujer estaba realmente empapado.

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